Usted esta en Home / ONG y Fundaciones /

reducir tamaño de letra aumenar tamaño de letra

Drogas en los barrios urbanos de la Argentina

14/02/2022 |

Estudios del Observatorio de la Deuda Social Argentina observan que "la oferta narcotraficante como la demanda de sustancias psicoactivas -así como el consumo de alcohol- aumentó durante 2021" 



Infografia UCA

   PortalBA-. La agenda pública ha marcado una preocupación desde la demanda social en torno al consumo problemático
de sustancias adictivas. Tanto las estadísticas disponibles como la experiencia cotidiana en los centros de
salud y las propias familias dan cuenta de un aumento significativo durante las últimas dos décadas, tanto en
el avance del narcotráfico como en las prácticas de consumo de sustancias psicoactivas, de manera particular,
entre los adolescentes y jóvenes, y con mayor penetración y visibilidad en los sectores más vulnerables y
marginados de la sociedad. La situación no sólo representa un grave problema de salud pública, sino también
un factor de desintegración social sistémica; así como una fragante violación a Derechos Humanos
fundamentales para una sociedad indefensa frente a la ausencia comprometida y eficaz del Estado.

Los estudios el Observatorio de la Deuda Social Argentina permiten observar que esta tendencia habría
auspiciosamente retrocedido en el año 2020, durante el período de mayor aislamiento social en el marco del
escenario COVID-19, pero que rápidamente, tanto la oferta narcotraficante como la demanda de sustancias
psicoactivas -así como el consumo de alcohol- ese habría rápidamente recuperado durante 2021, incluso, en
niveles superiores a los precedentes a la pandemia. Esto en un contexto recuperación económica, aumento
del trabajo informal y debilidad o ausencia tanto de políticas preventivas hacia el consumo, como represivas
hacia el narcomenudeo y el tráfico de drogas.

Con escaso apoyo oficial, las casi únicas respuestas hacia el problema surgen desde organizaciones no
gubernamentales, iglesias, medios de comunicación o entidades privadas, siendo claramente insuficiente
estas reacciones para resolver una problemática por demás compleja. En informes germinales elaborados por
el Observatorio de la Deuda Social Argentina al respecto (ODSA-UCA, 2014-20172), se dejó evidencias claras
sobre la marcada ausencia, impericia o desidia gubernamental -cuando no complicidad - para atender acciones
preventivas, reparadoras y/o represivas que pusieran límite al flagelo del narcotráfico, el narcomenudeo y el
consumo adictivo -tres diferentes dimensiones de un mismo problema-. En igual sentido, se llamó la atención
sobre los escasos recursos y la indefensión de los hogares más pobres y vulnerabilidad para enfrentar tanto el
poder de los narcotraficantes en los espacios locales, como las adicciones severas que pueden afectar a
personas inocentes.

En este sentido, hemos hecho foco no sólo en los efectos que generan las adicciones severas sobre las
personas, sino también en las familiares convivientes. La Iglesia Católica ha manifestado su preocupación de
manera recurrente, tanto a partir de las expresiones del papa Francisco como también a partir de
declaraciones de la Conferencia Episcopal o comunidades de base, que destacan el daño que provocan el
consumo de sustancias y la violencia asociada al tráfico ilegal a nivel general, y particularmente, en los barrios
más pobres. En este sentido, los estudios del Observatorio de la Deuda Social Argentina muestran la fuerte
correlación entre el aumento de las adicciones y el avance territorial del narcotráfico en zonas tanto
metropolitanas como en centros urbanos de baja escala poblacional, con especial penetración en los barrios
más pobres, pero también en los barrios populares y de clases medias -aunque con menor reconocimiento o
visibilidad-.

El consumo adictivo de drogas tiene consecuencias nocivas tanto sobre el consumidor como para su grupo
familiar y socio-comunitario. Los segmentos más expuestos a esta situación son los adolescentes y los jóvenes,
en especial aquellos pertenecientes a los sectores socialmente más relegados. En particular, los jóvenes
provenientes de sectores pobres se encuentran más expuestos a consumos adictivos, dado la falta de otros
recursos de movilidad social, la exclusión educativa, la informalidad laboral, la desintegración y la mayor
violencia social que rodea su entorno sociofamiliar, en un contexto en donde está ausente el Estado, en
términos de seguridad, salud e integración social.

Este informe busca sumar elementos a un debate público todavía inocente, tibio o cómplice frente a un
problema grave, en tanto pretende aportar a su diagnóstico con el fin de llamar la atención sobre la creciente
y expansiva presencia de la venta y el tráfico de drogas en los barrios, mostrando que se trata de una situación
generalizada, pero también que tiene a las poblaciones más vulnerables como sus principales víctimas, y no
sin anuencia o el silencio de las políticas de seguridad y de la políticas de prevención y atención sanitaria.
Según los datos de la última Encuesta de la Deuda Social Argentina (Serie Equidad) de la Universidad Católica
(julio-octubre de 2021), para una muestra de 5.680 hogares representativos de la Argentina urbana, los
principales resultados son los siguientes:

- En el año 2021, el 23% de los hogares en la argentina urbana informó la presencia de venta y/o tráfico de
drogas en la manzana, vecindario o barrio en el que está ubicado

- Según regiones urbanas, la presencia de venta o tráfico de drogas en CABA es de un 11%; pero la prevalencia
se incrementa de manera significativa en el Conurbano Bonaerense (23%), otras grandes áreas metropolitanas
(29%) y el resto urbano (27%).
- Los datos evidencian mayor presencia de venta y/o tráfico de drogas en los sectores de mayor vulnerabilidad
socio-ocupacional. Específicamente, un 41% de los hogares de sectores bajos marginales perciben venta o
tráfico de drogas en sus alrededores. Al mismo tiempo, en los hogares que se encuentran en villas de
emergencia o asentamientos precarios refieren en casi un 60% que existe venta o tráfico de drogas en su
manzana, vecindario o barrio.
- Cuatro de cada 10 hogares en condición de pobreza, perciben la presencia de venta y/o tráfico de drogas en
sus alrededores, frente a un 15% de los hogares no pobres. Al mismo tiempo, tres de cada 10 hogares con
niños se encuentran ubicados en zonas con presencia de venta o tráfico de drogas.
- Un 50% de los hogares de barrios en donde es nula o baja la vigencia provincial reportan venta y/o tráfico de
drogas (en general, en sectores de trabajadores pobres o marginales); sin embargo, al mismo tiempo, la venta
y tráfico de drogas alcanza al 13% de los hogares en vecindarios donde existe permanente vigencia policial (en
general en barrios de clase media baja o media alta).
- Un 52% de los hogares registra presencia de venta y/o tráfico de drogas en su vecindario, en un contexto
barrial de alta percepción de inseguridad (en general, en sectores de trabajadores pobres o marginales); al
mismo tiempo, en contexto de baja percepción de inseguridad, uno de cada 10 hogares registra igualmente
presencia de drogas en su vecindario (en general, en los sectores de clase media baja o media alta).





Fuente: Observatorio de la Deuda Social Argentina-.


reducir tamaño de letra aumentar tamaño de letra Tamaño de letra  Imprimir Enviar noticia